Club de robótica inspira a latinos a estudiar ciencias

Dianna Valenzuela y Sergio Corral, 17 y Diana Valenzuela, 16 trabajan juntos en el panel de control de un robot acuático.

Dianna Valenzuela y Sergio Corral, 17 y Diana Valenzuela, 16 trabajan juntos en el panel de control de un robot acuático.

Los latinos han tenido por muchos años baja presencia en las carreras de matemáticas, ciencias y tecnología. Aunque al empezar la universidad los estudiantes latinos entran a estas carreras en números relativamente comparables a los estudiantes anglosajones, al final los latinos terminan graduándose en menores proporciones en esas licenciaturas o ingenierías. En Phoenix, Arizona, un club de robótica está cambiando esta tendencia. Este club se ha convertido en un semillero para que jóvenes estudiantes latinos, muchos de ellos de bajos ingresos y algunos indocumentados se inscriban en carreras universitarias en los campos de ciencias biológicas, tecnología y ciencias exactas. Valeria Fernández reporta. Este reportaje esparte de American Graduate, Let’s Make it Happen!, una iniciativa de los medios públicos para tratar la crisis de deserción escolar, con el apoyo de la Corporación para la Difusión Pública.


Sonido ambiental de un taller…

Más que un taller el cuarto del Club de Robótica Falcon, de Carl Hayden High School se asemeja a una nave espacial sacada de una película de ciencia ficción. Cables, tubos de colores, paneles, luces, robots.

Voz de jóvenes…

Dianna Valenzuela tiene  y forma parte del club de Falcon Robotics desde hace 2 años, quiere estudiar biología marina o ingeniería electrónica.

Dianna Valenzuela tiene y forma parte del club de Falcon Robotics desde hace 2 años, quiere estudiar biología marina o ingeniería electrónica.

Sobre una mesa de madera Dianna Valenzuela, de 16 años de edad, suelda cables en un panel de control para el nuevo robot acuático del club. El robot está compuesto por tubos y turbinas que le permiten desplazarse y realizar ciertas tareas bajo el agua.

Hace dos años Valenzuela era porrista. Ahora quiere estudiar biología marina o quizás ser ingeniera en electrónica.

Valenzuela:

Me di cuenta que en robótica tengo una mejor oportunidad, puedo aprender cómo puedo hacer robots y me puede apoyar para un colegio en el futuro”

Pocos latinos estudian carreras en ciencias, matemática y tecnología. Y según expertos, en parte se debe a que no se ofrecen clases avanzadas en estas materias en escuelas de escasos recursos. El club de robótica Falcon ha cambiado la cultura de esta preparatoria en Phoenix, incentivando a más estudiantes para que sigan carreras en las ciencias, asegura el director de la escuela, Ricardo Cordova:

Los estudiantes de otras escuelas, si acaso mandan uno o dos estudiantes a que vayan a los programas de ingeniería en las universidades; nosotros estamos mandando de cuatro a cinco por año, para ingeniería… y terminan sus carreras”

Sergio Corral a la izquierda, y Faridodin Lajvardi. Corral habla con quien todos llaman coach Fredi.

Sergio Corral a la izquierda, y Faridodin Lajvardi. Corral habla con quien todos llaman coach Fredi.

Cordova asegura que los estudiantes de este club quieren más y piden más de su educación. Mientras Valenzuela se concentra, en el centro del taller otro estudiante, Sergio Corral trabaja como si fuera el comandante de la nave espacial, programando el robot en una gran pantalla de computadora.

Corral:

Yo le digo al robot qué hacer en las instrucciones de la computadora. Le das el número y el robot hace la matemática para ti, pero tú le tienes que decir cómo hacerlo”

 Sergio Corral, de 17 años trabaja en el panel de control de un robot acuático.

Sergio Corral, de 17 años trabaja en el panel de control de un robot acuático.

Corral, de 17 años, quiere estudiar ciencias en computación, pero por no tener documentos legales aún no sabe cómo costeará su educación. Es un obstáculo común entre los alumnos de esta preparatoria. El club es una forma de ir ganando experiencia en la vida real, aprender a resolver problemas, dice el profesor Faridodin Lajvardi, al que todos conocen como el ‘Coach Fredi’.

Sonido ambiente:

Equal distance out there, that way the mass…”

El coach guía a los estudiantes con sus preguntas técnicas. Fredi es inmigrante iraqí y fue uno de los fundadores del grupo. Asegura que los alumnos son autodidactas y él simplemente un facilitador. Coach Fredi ha visto un desfile de estudiantes salir del club para continuar estudiando en la universidad, muchos de ellos de bajos recursos o con el obstáculo agregado de no tener documentos migratorios.

Lavjardi:

You need to cause kids to have the interest and the desire to want to come to school, to do well in their classes so they can continue doing robotics. We monitor their grades, if they’re not passing we tell them you cannot go to the competition just like a sporting team does. We’re inspiring them to learn, to solve problems and figure out what they’re going to do for their future”

(Tienes que crearle un interés a los jóvenes de venir a la escuela, de que les vaya bien para que puedan continuar haciendo robótica. Nosotros vigilamos sus calificaciones, sino les está yendo bien, no pueden ir a la competencia… igual que con un equipo deportivo. Nosotros los inspiramos a aprender, a resolver problemas y a darse cuenta de qué es lo que quieren hacer con su futuro).

El Robot Sovereign Falcon cuenta con una cámara de video que permite ver cuando se mueve debajo del agua y realiza ciertas tares pre-programadas por los estudiantes del club de robótica. 

El Robot Sovereign Falcon cuenta con una cámara de video que permite ver cuando se mueve debajo del agua y realiza ciertas tares pre-programadas por los estudiantes del club de robótica.

El club se hizo popular entre los estudiantes de la escuela de bajos recursos después que un grupo de cuatro estudiantes triunfó en una competencia de robots acuáticos, contra MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), una de las mejores universidades para ciencias y tecnología del país.

Música de la película “When they announced first place we all stood up”…

Esa historia quedó inmortalizada en el documental “Underwater Dreams”, dándole aún más relevancia al papel que juegan este y otro tipos de clubes de robótica.

Una de las alumnas fundadoras del Club de Robótica Falcon es Dulce Matuz. Se graduó de la preparatoria Carl Hayden, y después recibió el título en ingeniera electrónica de la Universidad Estatal de Arizona. Ella asegura que no es fácil continuar estudiando:

No importaba cuánto estudiaba, siempre salía con la B. Entonces fue un proceso muy difícil de decir, yo le estoy echando todas las ganas del mundo, y todavía no puedo obtener la mejor calificación que se debe”

Su experiencia en el club fue lo que le dio la fuerza extra para seguir adelante.

Matuz:

SovereignFalcon2Me enseñó el equipo de robótica que aunque las cosas se ven complicadas, tu puedes resolverlas; me dije, yo quiero resolverlas, por eso decidí ser ingeniera”

Matuz todavía busca la oportunidad de conseguir un empleo relacionado con su carrera. Por ahora, tiene su propia empresa de bienes y raíces, y es una reconocida activista por los derechos de los jóvenes indocumentados. De hecho, el club inspiró a toda una generación de jóvenes líderes. Y continúa inspirando a los jóvenes que siguen sus pasos.

Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, Foto y Texto de Valeria Fernández

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