«Interes de California y Mexico por reglar a contratistas de trabajadores huéspedes (primera)

Trabajadores con visa H2. Foto Centro de Derechos del Migrante

Trabajadores con visa H2. Foto Centro de Derechos del Migrante

En programas anteriores hemos expuesto los abusos que sufre el trabajador que viene a Estados Unidos con visa H-2, y además hemos recibido por parte de amigos y escuchas de Radio Bilingue quejas sobre el abuso que comienza a la hora de reclutar a un trabajador migrante en su pueblo natal. Hoy comentamos sobre el compromiso adquirido por el gobernador de California y el Secretario del Trabajo de México, quienes a través de un Programa Piloto, Voluntario y Binacional, pretenden hacer más transparente el proceso del reclutamiento para evitar abusos y prevenir violaciones laborales. En este programa de Línea Abierta que aquí se reseña también contamos con el testimonio, la historia de uno de los muchos trabajadores extranjeros que vienen contratados a este país sin entender bien las condiciones de trabajo ni la suerte que les espera. Para intentar entender el tema varios expertos y expertas en la materia participan en este programa, que forma parte de nuestra serie, ‘Voy contratado: Derechos del migrante en radio’.


Muchos trabajadores mexicanos son reclutados en México, y contratados allí para venir a trabajar a Estados Unidos. Pero agrupaciones civiles denuncian que muchas veces estos migrantes contratados se convierten en víctimas de tráfico humano. Par aliviar los abusos cometidos con frecuencia contra los trabajadores, el gobernador de California, Jerry Brown y el Secretario del Trabajo en México, Alfonso Navarrete Prida acordaron crear un programa piloto de carácter voluntario y binacional para proteger a los trabajadores temporales mexicanos con visa H2 (A y B), de los abusos de dichos enganchadores o reclutadores sin escrúpulos.

Desde Baltimore, en Maryland, una de las invitadas, fundadora y directora ejecutiva del Centro de los Derechos del Migrante en esa ciudad, Rachel Micah-Jones se refiere al referido programa piloto binacional:

Básicamente en este momento no sabemos exactamente en qué consiste el programa que están contemplando, pero sabemos que hay un interés de los gobiernos por combatir los abusos en el reclutamiento”, dice Micah-Jones para comenzar su participación. Y explica que ambos gobiernos están pensando crear un equipo binacional voluntario que impulse una mayor transparencia en el proceso de reclutamiento.

Entre los abusos más frecuentes Micah-Jones enlista primero lo que llama, “cosas ilegales del reclutamiento”. Sostiene que se sabe que más de la mitad de los trabajadores “tienen que pagar cuotas muy altas para conseguir trabajo, bajo los programas de visas H2”. La experta sostiene que dichas cuotas ascienden a más de 500 dólares, “y esto es nada más la cuota de reclutamiento, que no contempla pasaporte, visa y otros gastos que hacen los trabajadores para conseguir los trabajos”, como hemos señalado ya en este mismoespacio.

Existe también mucho fraude en estos procesos, dice la invitada, y señala el referido acuerdo binacional: “No hay nada de transparencia en el programa. Un trabajador puede escuchar en una reunión que alguien está contratando gente para ir a trabajar a Estados Unidos, y ese trabajador realmente no tienen manera de verificar quién es el reclutador; si el trabajo es realmente un trabajo real, o no, y aunque muchas veces hay trabajadores que sí son reclutados para trabajar en Estados Unidos, resulta que a la hora de la hora no existen tales trabajos”.

El tercer problema, que es muy grande, continúa Micah-Jones, “es que muchas personas resultan muy endeudadas, cuando ya consiguen los trabajos en Estados Unidos. Porque no solamente les cobran por conseguir el trabajo sino que hay préstamos con tasas de interés muy altas, que luego resultan muy difíciles de pagar para los trabajadores”. Estos, sostiene la experta, son algunos de los problemas más recurrentes que se pueden ver en el reclutamiento, “y horita realmente no hay suficiente regulación en el programa, especialmente en el aspecto del reclutamiento”, insiste.

Chelis López, conductora de este programa de Línea Abierta pregunta a la invitada sobre el mecanismo de verificación para que el programa se lleve efectivamente a cabo, y la fecha de su entrada en vigor.

Esas son cosas que todavía no me quedan muy claras”, responde Micah-Jones. “Y por eso también exigimos que pase una ley obligatoria para que haya certidumbre sobre quién está a cargo de regular el programa, y no solamente eso sino que también los aspectos de la ley sean obligatorios”. La experta también hace referencia a un proyecto de ley en California que se llama, Foreign Labor Contractors Bill (SB 477), “y esperamos que ese proyecto de ley sí pase, para que haya también una regulación obligatoria”.

La invitada opinó además que se trata de un esfuerzo muy bueno y dijo agradecer dichos esfuerzos de estos gobiernos para combatir las irregularidades del reclutamiento, pero agregó: “Necesitamos las dos cosas: registro voluntario, y también la colaboración binacional, que sea integral. Es importantísimo que tengamos la participación del gobierno mexicano y también del gobierno del estado de California, pero también necesitamos asegurar que haya rendición de cuentas, y que sean obligatorios los requisitos para realmente tener un cambio mayor, ¿no?”. Y agrega que los trabajadores tendrían que recibir información detallada y en su idioma, sobre su empleo, “y a los empleadores de igual manera se les pediría que hagan uso solamente de reclutadores que también tendrían que estar registrados”.

En cuanto al carácter voluntario del programa, qué tanto podría influir éste en los reclutadores, al grado de llevarlos a decir, ‘Pues esto es apenas voluntario’, y de ahí no comprometerse realmente con observar los aspectos obligatorios del acuerdo, inquiere López.

Micah-Jones admite que existe esta posibilidad en la interpretación del acuerdo. “Y por eso es creemos que las dos cosas son importantísimas. Es muy bueno que haya un registro voluntario entre los dos países, pero sería aun mejor si hubiera incluso una ley obligatoria. Y nosotros pensamos, está bien tener el registro, y solamente las compañías que tienen un récord mejor que otras, son las que van a participar en el registro voluntario. Pero si tenemos reclutadores con prácticas muy malas probablemente no van a participar en un registro voluntario. Por eso necesitamos una ley obligatoria para poder enfrentar la problemática”.

– Qué otras posibilidades hay de que este acuerdo se extienda a otros estados, además de México y California, porque entendemos que hay otros estados que reciben un mayor números de trabajadores de México -pregunta López.

Es muy buena idea. Y es cierto, como horita de los trabajadores contratados de otros países, California tiene más o menos como el 15% del total de los trabajadores contratados. Estamos hablando de 130 mil trabajadores contratados en el estado de California”. Entonces, es de suma importancia que California sea parte de un programa más amplio, señala la invitada. “Pero también hay estados como el estado de Texas, y el estado de Maryland que también tienen un número muy alto de contratados. Y esperamos ver que también tengan leyes obligatorias y programas binacionales para enfrentar los abusos en el reclutamiento”, concluyó la fundadora y directora ejecutiva del Centro de los Derechos del Migrante.

Para ponerle rostro a esta historia de abusos laborales, dice Chelis López, a continuación invita a la participación de Línea Abierta al ex trabajador que vino en su oportunidad a trabajar a Estados Unidos con una visa H2B, Martín Dávila, quien participa en el programa desde Guadalupe, en el estado de Zacatecas, México. Él es también miembro del Comité de los Derechos del Migrante en México, un grupo que empezó a operar desde 2005 con personas que tienen problemas laborales, de discriminación en su trabajo en Estados Unidos.

Yo estuve trabajando en Estados Unidos en el 2007, y también pasé por una crisis no muy alentadora. Fui víctima de explotación laboral en una feria a la que fuimos un grupo de aquí de México”.

Martín Dávila afirma que en el 2007 se dio a la tarea de buscar un reclutador para venir a trabajar a Estados Unidos. “Fui a dar a una dependencia del Estado aquí en Zacatecas, que se llama el Servicio Estatal del Empleo. Allí se nos conectó con un reclutador llamado Humberto, en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Nos enlazamos con el señor Humberto y…, aquí en Zacatecas se nos había ofrecido trabajo en el campo y en la construcción, y en el corte del zacate. Y nosotros aquí agarramos trabajos prácticamente en lo que encontramos”.

En ese momento del reclutamiento Martín Dávila dice que tuvo que pedir dinero prestado. “Para mis gastos de la visa, el pasaporte, el viaje, etcétera. Me endrogué aproximadamente con alrededor de unos 500 dólares… de ese tiempo, verdad.

-¿El reclutador te pidió aparte dinero para el proceso?

No nos pidió pero ahí fuimos víctimas de engaño todas las personas que íbamos, a cerca del trabajo”. Y es que a la hora de la contratación les dijeron que iban a trabajar en los tres rubros mencionados. “Y cuando ya tuvimos contacto con el señor Humberto, ya nos dijo él directamente que íbamos a ir a trabajara armar juegos mecánicos en una feria. Y a operarlos a la vez también. A nosotros no nos gustó mucho la idea, pero nos nos quedaba otra alternativa porque ya habíamos conseguido dinero prestado y habíamos hecho muchas cosas, de tal manera que no podíamos regresar a nuestra casa sin nada”.

Los periodos de trabajo al día eran muy variables, dice Martín Dávila. “Porque lo ordinario, lo de los juegos, entre semana era comenzar a las 3 de la tarde, y terminar a las 11 a 12 de la noche”, según fuera el caso de la asistencia de la gente a la feria. “Pero cuando se trataba de armar y desarmar los juegos, que por lo regular eran los días domingo para amanecer el lunes, los domingos comenzábamos entre 10 y 11 de la mañana, y ya no descansábamos sino hasta el siguiente día, cuando terminábamos de desarmar los juegos. Entonces, yo pienso que trabajábamos un promedio de unas 18 horas diarias que sí las trabajábamos”. Tiempos realmente de descansos, sostiene Dávila, nada más había, “’ora sí que para dormirme, cuando no era temporada ordinaria, que no viajábamos ni nada, y terminábamos a las 10, 11 de la noche. Era nada más el tiempo que había para descansar, y en las mañanas nada más un rato, verdad”.

-¿Y tenías un tiempo para comer?

Tenía un tiempo para almorzar y para comer, pero el problema era, en cuestiones de la comida, cuando no había dónde preparar alimentos y todo eso, pues nomás nos íbamos y comíamos algo por ahí”, dice Dávila, por la feria, o si había oportunidad nos íbamos a comprar algo a una tienda; nos daban una hora nada más para comer, pero no nos alcanzaba el tiempo. No teníamos dónde prepara alimentos, y si lográbamos preparar algo, pues era muy carrereadamente”. Vivía en lo que se conoce comúnmente como una ‘traila’ o casa mobil, en muy precarias condiciones. “Sin aire acondicionado, con un sólo baño colectivo para alrededor de unas 40 gentes, para todos los trabajadores de la feria. Teníamos que esperarnos al turno… y estaba en una condiciones muy reprobables, que no…”.

Chelis López pregunta a Dávila qué tanto conocía de sus derechos, como para saber que no tendría que haber pasado por todo eso y si alguna vez reclamó.

Definitivamente, nada”, contestó Dávila. “yo empecé a darme cuenta de mis derechos hasta que entré al Centro de Derechos del Migrante, y los he compartido con muchas personas que de alguna manera están sufriendo algún caso”.

Sobre el referido programa piloto y binacional, Dávila opinó que es muy importante manejar el conocimiento que va adquiriéndose. “Yo a lo largo del tiempo que he estado en el Comité de Derechos del Migrante he estado viendo un acuerdo que hubo entre México y Estados Unidos… pues una forma muy buena para poder defenderse uno, tanto desde el reclutador hasta el empleador. Saber que uno tiene derechos como migrante, con o sin documentos, inclusive, verdad. Y saber que hay personas en las cuales nos podemos apoyar; en las cuales poder sentir que tenemos a alguien que nos está ayudando a salir de algún problema de los que no quisiéramos que pasaran. Pero desafortunadamente todos sabemos que a lo largo de la historia han pasado y no sé si vaya algún día a terminar todas esas irregularidades para nuestros paisanos. Y para todo el mundo latino, porque sabemos que toda la gente latina pasamos alguna vez por alguna crisis en Estados Unidos”.

Continúa…

This entry was posted in Economía, Homepage Feature, Inmigración. Bookmark the permalink.

Encuéntranos en Facebook

Síguenos en Twitter

Suscríbete

Suscríbete a nuestra lista de correo