De La Redacción

Un panorama aterrador sigue creciendo en la frontera sur con asaltos y agresiones a migrantes centroamericanos en el sitio conocido como La Arrocera, en la costa de Chiapas, México.

Los delincuentes, una serie de bandas de maleantes entre los que se destacan ‘polleros’, pandilleros mexicanos y centroamericanos, así como delincuentes comunes y en ocasiones autoridades, “aparecen con armas de fuego de alto poder o con armas blancas y los obligan a desvestirse, les revisan las mochilas, los despojan de dinero y de todos los objetos de algún valor; “en muchos casos, los asaltantes los despojan hasta de los zapatos y ropa en buen estado, desodorantes y otras pertenencias”, declaró al periódico La Jornada un inmigrante que prefirió no revelar su identidad.

Estos asaltos y vejaciones quedan impunes porque los inmigrantes maltratados, y en ocasiones violados y hasta asesinados, no denuncian estas agresiones a las autoridades de la Procuraduría General de Justicia en Chiapas, por temor a represalias y deciden continuar su camino hacia Estados Unidos, dice la fuente.

“La situación en ese lugar está tremenda y parece que el gobierno mexicano nada hace para impedir estos asaltos que se están dando todos los días”, señaló el migrante centroamericano. Algunas de las víctimas acuden a las representaciones consulares de sus países para denunciar los asaltos, pero desconocen si dichas representanciones consulares hacen algo para presionar a las autoridades locales a que actúen y cesen las agresiones.

Un grupo activistas defensores de losmigrantes manifestó que La Arrocera es considerada “una pesadilla” y un “foco rojo” para los indocumentados; los asaltos han aumentado “considerablemente” a partir de la primera semana de mayo, pues “no hay día en que no se presenten casos”. Consideraron que en las últimas tres semanas han sido atracados alrededor de cien migrantes de diferentes países de Centroamérica, reporta La Jornada.