Vivir en las sombras: El desafío de tratar a refugiados con trastorno del estrés postraumático

De Erika Beras, Reporting on Health Collaborative

La infancia de Aweys Mwaliya en Somalia, un país devastado por la guerra, se vio marcada de eventos traumáticos indescriptibles.  Con el tiempo, el y su familia pudieron huir y pasaron una década viviendo en campos de refugiados. Hace nueve años se reasentó en Utah y más tarde se mudó a Pittsburgh. Foto: Ryan Loew

La infancia de Aweys Mwaliya en Somalia, un país devastado por la guerra, se vio marcada de eventos traumáticos indescriptibles. Con el tiempo, el y su familia pudieron huir y pasaron una década viviendo en campos de refugiados. Hace nueve años se reasentó en Utah y más tarde se mudó a Pittsburgh.
Foto: Ryan Loew

Durante su infancia en Somalia, un país devastado por la guerra, Aweys Mwaliya vio morir a sus amigos y familiares en las masacres. Luego de huir del país, su familia pasó varias semanas caminando hacia Kenia. El viaje fue tan extenuante que durante el camino su hermana menor falleció. La familia no pudo darle una sepultura digna.

«Tengo sentimientos tan malos sobre esas cosas tan terribles que ocurrieron y todavía me pregunto por qué esas cosas suceden, por qué las personas hacen esas cosas a los demás», dice Mwaliya, que ahora tiene 30 años y vive en Pittsburgh.

Su familia pasó una década viviendo en campos de refugiados en Kenia.

«Incluso cuando llegamos al campo de refugiados, no era un lugar seguro, algo que pudiéramos decir que era un buen lugar», afirma Mwaliya. «Allí también había tiroteos, era como vivir bajo las mismas condiciones».

Mwaliya se reasentó en Utah hace nueve años. Luego se mudó a Pittsburgh.

Con el reasentamiento obtuvo vivienda con los costos cubiertos durante algunos meses. También tomó clases de inglés. Y recibió atención médica. Pero dice que nunca le ofrecieron servicios de salud mental.

«No sentía que los necesitaba», dice.

«Hoy está casado con cinco hijos, vive en Northview Heights y trabaja en Sam’s Club. Es el presidente de la Asociación de la Comunidad Somalí-Bantú de Pittsburgh. Mwaliya dice que intenta no pensar en el pasado pero hay ciertas cosas que le desencadenan malos recuerdos.

«Como alguien que ha experimentado muchos de estos tipos de problemas en mi país, no creo que en este mundo, no siento que haya un lugar donde uno pueda decir que se puede estar realmente seguro y en paz», afirma. «No creo que haya un lugar así».

En el año 2012 se reasentaron más de 58.000 refugiados en Estados Unidos. Un par de miles de ellos llegaron a Pennsylvania.

«Los refugiados provienen de lugares con situaciones difíciles, es decir, nadie elige ser refugiado, los individuos se convierten en refugiados», señala Marco Gemignani, profesor de psicología en Duquesne University, que trabaja con refugiados en Catholic Charities Health Clinic.

«Son supervivientes de guerra, supervivientes de tortura, por eso en estos casos observamos una alta frecuencia del trastorno causado por el estrés postraumático (TEPT)», afirma Gemignani y añade que los casos de TEPT son «difíciles de tratar y a veces también difíciles de reconocer».

Gemignani señaló que las diversas culturas exhiben casos trauma o TEPT en forma diferente a la de muchos estadounidenses. En Estados Unidos, señala Gemignani, las personas tienden a expresarse oralmente, pero el TEPT puede manifestarse de otras maneras en algunas personas de Somalia u otros países.

«Es posible que las personas no hablen sobre sus pesadillas o recuerdos, en vez nos dicen que tienen un dolor de cabeza fuerte, que perdieron el apetito, que tienen un dolor punzante en el cuello o problemas estomacales», afirma.

Esos tipos de preguntas, en que se detallan síntomas físicos, fueron incorporadas a la evaluación del estado que llevan a cabo los médicos cuando los refugiados arriban inicialmente al país.

Esto es parte de la tarea de Gemignani. Después de que las personas se encuentran en el país durante un tiempo, Gemignani los ayuda a identificar la raíz de los síntomas físicos que experimentan, una tarea que requiere de gran sensibilidad, paciencia y tiempo.

Antes de llegar a Pittsburgh, Gemignani trabajó con refugiados en Bosnia e investigó el impacto que puede tener la migración forzosa en la salud mental.

«Las personas asumen dos posturas principales en respuesta al trauma», dice. «Una postura es que el trauma permanece en el pasado. Por lo tanto, generalmente dicen que el pasado es pasado. No quieren rememorarlo. Dicen que no les importa. No quieren pensar en eso. Sólo quieren mirar hacia delante. La otra postura… las personas dicen que el pasado es su fortaleza».

Aweys Mwaliya intenta no pensar en el pasado pero hay ciertas cosa que desencadenan malos recuerdos.

Aweys Mwaliya intenta no pensar en el pasado pero hay ciertas cosa que desencadenan malos recuerdos. «Como alguien que ha experimentado muchos de estos tipos de problemas en mi país, no creo que en este mundo, no siento que haya un lugar donde uno pueda decir que se puede estar realmente seguro y en paz», afirma. «No creo que haya un lugar así».
Foto: Ryan Loew

Uno de los papeles que juega Mwaliya como líder de la comunidad es acompañar a los demás a las citas médicas, colaborar con la traducción e intentar eliminar el estigma en el proceso. Dice que ayudar a los demás le ha ayudado a curar sus propias heridas. Afirma que muchos de los refugiados somalíes necesitan recibir atención de salud mental, pero la mayoría no está dispuesta a participar.

«Si uno toma parte y observa el problema en 10 personas, pienso que encontraría a 7 personas que sufren este problema», dice.

Aquellos que se dedican a ayudar a reasentar a los refugiados afirman que el propio acto de reasentamiento puede resultar una experiencia traumática. Pero no siempre hay servicios disponibles.

Leslie Aizenman trabaja para Jewish Family and Children’s Services. Señala que si bien en su trabajo son conscientes de que las personas han pasado por experiencias previas muy difíciles, no tienen todos los recursos disponibles para darles apoyo y ayudarlos a superar el trauma al mismo tiempo que les brindan apoyo para establecer una nueva vida en este país.

«No hay mucho en Pittsburgh para ayudarlos, pero estamos trabajando en eso», dice.

Cuando Pierre Gahima llegó a Pittsburgh, proveniente de la República Democrática del Congo, había pasado por situaciones muy difíciles. Se sentía afortunado de estar vivo pero culpable y triste a la vez de saber que nunca más podría volver a su país. A los pocos meses de haberse reasentado aquí su hermano adolescente murió de una afección cardiaca que pasó desapercibida. No tuvo un lugar donde canalizar todo esto, dice.

«Sólo quieren que lleguemos aquí, que seamos eficientes, nos integremos al trabajo y hagamos nuestra vida. Quieren que nuestras vidas cambien pero no se aseguran de saber de dónde venimos ni por las situaciones que pasamos», señala. Ese apoyo no lo tuvimos, no lo tuvimos».

Bashar Abdulrazak, refugiado iraquí, afirma que los últimos años que pasó en Iraq y luego en Jordania antes de llegar aquí fueron muy traumáticos.

«Cuando dormíamos por la noche permanecíamos totalmente vestidos», dice. «Porque en cualquier momento alguien podía patear la puerta para interrogarnos o lo que sea, o sencillamente para secuestrarnos. «Es mejor estar totalmente vestido que de pijama».

Él siente algunas frustraciones. Como médico capacitado, no está certificado en este país. Sus familiares se reasentaron en otros países o permanecen en Iraq donde se enfrentan a disturbios a diario. Pero ahora, cuando se acuesta por la noche, puede hacerlo de pijama. Cuando su hijo se va a la escuela no piensa que alguien va a secuestrarlo. Sabe que nadie va a entrar en su casa para interrogarlo ni habrá explosiones en las inmediaciones. Y eso lo ha ayudado.

«Esas pequeñas cosas, como cuando uno apoya la cabeza contra la almohada y no tiene que pensar en todo eso, es algo increíble», dice.

El trauma puede reactivarse a causa de ciertas cosas, como sonidos y imágenes que hacen que las personas recuerden aquello les activó el trauma inicial. Aweys Mwaliya dice que ver los programas de noticias le trae malos recuerdos.

Pero en términos generales, su vida ha mejorado muchísimo al mudarse a Estados Unidos. Además, señala que si todavía estuviera en Somalia o en los campos de Kenia, no creo que siguiera con vida.

«A cualquier lado que uno va, hay un lugar mejor que el otro lugar, eso es lo que puedo decir», afirma. «Pittsburgh es mejor que el campo de refugiados, y el campo de refugiados es mejor que Somalia. Así son las cosas».

LOGO ROH_SOMBRASSobre Vivir en Las Sombras: Este proyecto es el resultado del Reporting On Health Collaborative (Informe en Colaboración sobre la Salud), en el que participan Mundo Hispánico en Atlanta, New America Media en California y Nueva York, Radio Bilingüe en Oakland, WESA Pittsburgh (afiliada de NPR) Univisión Los Ángeles (KMEX 34); Univisión Arizona (KTVW 33) y ReportingonHealth.org. Este proyecto en colaboración es una iniciativa de The California Endowment Health Journalism Fellowships de la Facultad Annenberg de Comunicación y Periodismo de la University of Southern California.

¡Sus opiniones y comentarios son bienvenidos! Por favor comparta sus pensamientos e ideas acerca de Vivir en Las Sombras. Tú también eres parte de la historia y te invitamos a compartir tu perspectiva y experiencias escribiendo a immigranthealth@reportingonhealth.org. También puedes llamarnos al (213) 640-7534 o compartir una conversación sobre estos temas en Facebook a https://www.facebook.com/immigrantshealth y Twitter a @immighealth.

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