De Blasio busca consenso en torno al prekinder y el pago por días de enfermedad

DeblasioDe La Redacción

En la conferencia anual de alcaldes recién concluida en Washington, DC, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio conminó a sus homólogos del país a crear consenso en torno a dos temas de su campaña que forman parte ya de las políticas de esta ciudad: tasar con un mínimo impuesto a los más ricos (equivalente a menos de tres dólares diarios), para financiar el prekinder universal a niños de cuatro años de edad, y expandir el pago salarial por días de enfermedad a los trabajadores, desatando una ronda de aplausos de la distinguida audiencia.

 

 

 

Durante la reunión anual de alcaldes estadunidenses en DC de Blasio dio su primer discurso en una plataforma nacional, en el Ballroom del Hotel Capital Hilton, con apenas menos de un mes al frente de la administración municipal neoyorquina, y allí fue tratado como una estrella de rock por sus homólogos, dice The New York Times. Todo mundo quería estrecharle la mano y tomarse una foto con él, poniendo a sudar a los fotógrafos de la prensa para capturarlo dentro de cuadro, dados sus seis pies y cinco pulgadas de altura. Nadie quería dejar la cabeza fuera.

En tono sencillo pero rotundo de Blasio renunció a toda pretensión para presidir una liga urbana de alcaldes en la nación, como lo hiciera su predecesor, Michaell Bloomberg, con quien aprovechó la oportunidad para marcar la abismal diferencia que los separa en cuanto a fortunas personales, y no obstante de Blasio aplaudió algunas de las metas que buscó Bloomberg durante sus 12 años al frente de la ciudad de Nueva York, como por ejemplo la de reducir las armas de fuego en las calles de la nación, una política que también suscribió el nuevo alcalde.

En su discurso, de Blasio reiteró la idea de crear consenso entre sus homólogos de las zonas urbanas de Estados Unidos para Buy cialis drugs impulsar el transporte público como una -aunque no la única- medida contra la contaminación; y la urgente necesidad de desarrollar también la vivienda pública, y hacerla accesible para atender un problema que aqueja de alguna manera a los ocho millones 337 mil habitantes que radican en la ciudad de Nueva York, declarando que en esta cifra quería ser muy cuidadoso y preciso al pronunciarla, “porque todos ellos son mi jefe”, dijo, a quienes tiene la obligación de obedecer; en una suerte de mandar obedeciendo.

Durante la mañana de Blasio tuvo también una reunión con el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, de la que no trascendieron a la prensa los detalles, salvo los que soltó a los comunicadores Sarah Hamilton, vocera de Emanuel, relativos a la expansión de pagos por enfermedad para los trabajadores y el prekinder universal, que Chicago está expandiendo ya, dice la prensa nacional.

Y hasta allá, hasta la capital del país lo persiguieron dos temas que son considerados controvertidos para su muy joven administración: las diferentes visiones para financiar el preescolar universal, la de él y la del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien propone financiar estos planes educativos para los menores de cuatro años con partidas financieras extraídas del surplus o superhábit económico del estado, de 500 millones de dólares este año, según la televisión pública, y la de de Blsaio, tomada de un incremento a los impuestos de los más pudientes en la ciudad de Nueva York. Así mismo, la manera como la ciudad enfrentó las dos recientes nevadas, que suscitaron reacciones encontradas entre la población neoyorquina.

En cuanto al financiamiento del preescolar, el alcalde fue preciso. En tono claro y sencillo pintó su raya con la propuesta de Cuomo, y dijo que aunque aplaudía sus planes por expandir el prekinder universal en el estado de Nueva York, él no podía sustituir los suyos con los del gobernador; porque no iba a permitir que la ciudad dejara de promulgar un impuesto a los ricos, por algo tan incierto como buscar cada año el financiamiento para este plan cada que se pelee por el presupuesto estatal. «Quiero tener un control sobre los ingresos que la gente de la ciudad de Nueva York ofrezca… Todos hemos visto los caprichos de Albany (capital de NY). Necesitamos consistencia y fiabilidad”, puntualizó. Antes, en la ciudad de Nueva York había abordado este tema reclamando respeto a las decisiones de la ciudad de Nueva York, y autonomía respecto a Albany, para que el estado deje enfrentar a la ciudad sus propios asuntos a su manera particular.

En relación a la forma como la ciudad respondió a los percances que provocaron críticas tras las dos tormentas de nieve que azotaron y todavía mortifican a los neoyorquinos, de Blasio volvió defender el comportamiento de las autoridades sanitarias municipales, aunque reconoció que se trató de dos tormentas en una semana, que incluso llevaron a la ciudad a declarar un estado temporal de emergencia, junto con otras metrópolis del área, cuando el alcalde apenas llevaba semanas en el puesto; y prometió mejorar aquellas áreas donde se registraron deficiencias en la respuesta. Pero aprovechó la ocasión para a hacer referencia a las calamidades del cambio climático y la necesidad de hacer frente común.

En la ciudad de Nueva York, no todos criticaron sin embargo al alcalde por su respuesta a las tormentas de nieve ni por mantener las escuelas abiertas o en funcionamiento tras el paso de la última tormenta. Para muchos padres de familias trabajadoras, en general esto les permitió seguir sus vidas de manera normal, pues hubiera sido más calamitoso tener que encontrar de súbito dónde y quién cuidara a sus hijos ese día, considerando lo caro que cuestan estos servicios para la clase trabajadora, y hasta para la clase media acomodada. En general, la mayoría de las críticas al comportamiento de la ciudad provinieron de los habitantes del Upper East Side de Manhattan, donde se hallan los vecindarios más pudientes, según reportó en su momento la televisión pública local.

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