Marco Vinicio González
En un hecho inusitado o de audaz maniobra política los dos legisladores negros, Justin Jones y Justin Pearson, que habían sido despojados de sus escaños por la cámara baja de Tennessee, de mayoría republicana, fueron reinstalados en sus asientos; Jones este lunes y Pearson lo hará mañana miércoles. Ambos dijeron que correrán en las elecciones especiales para llenar los escaños. Gloria Johnson, la legisladora de la raza blanca que también participó en la protesta y fue objeto de expulsión, se salvó por un solo voto y retuvo su puesto. Los acusados, dos de ellos expulsados por los republicanos son demócratas.
Luego de que el Consejo Metropolitano de Nashville votara unánimemente para elegir en el cargo despojado al suplente de Justin Jones, ese órgano de gobierno votó en cuestión de minutos por la restauración del escaño escogiendo a Jones como su propio suplente. No obstante, este nombramiento es provisional, y las elecciones especiales para ambos escaños despojados se llevarán a cabo en próximos meses. Entre tanto, Pearson recorrerá el mismo camino de Jones.
La maniobra ocurrió sólo cuatro días después de que los republicanos expulsaran a Jones y a Pearson, acusándolos de violar la ley interna, al sumarse una protesta estudiantil por el control de las armas en la Cámara de Representantes estatal, tras el reciente tiroteo en la Escuela Covenant, una escuela cristiana privada en McMinnville, donde murieron tres adultos y tres niños.
Dicho tiroteo fu perpetrado el 28 de marzo por Audrey Hale, una exalumna de esa escuela, de 28 años de edad y quien fue asesinada a tiros por la policía durante el tiroteo escolar más mortífero en casi un año, dicen expertos, quienes señalan a estos tiroteos como la “nueva normalidad” que prevalece en Estados Unidos.
Una vez repuesto en su escaño por el Concejo de Gobierno Jones marchó de ahí al Capitolio, donde prestó juramento en los escalones del edificio y entró en medio de una sostenida ronda de aplausos y cánticos de sus partidarios que entonaban, «This Little Light of Mine», según imágenes de la televisión nacional.
La agresión republicana parece haberse devuelto como un bumerang, pues luego de la expulsión de los legisladores negros la atención nacional se centró en ellos y comenzaron a recaudar sin proponérselo al principio miles de dólares de campaña en el lapso de unos pocos días.
Mientras, el Partido Demócrata de Tennessee recibía un nuevo estallido de manifestaciones de apoyo de todo Estados Unidos. Por ejemplo, el presidente Biden habló con los legisladores expulsados, la vicepresidenta Kamala Harris los visitó en Nashville, y Eric Holder, quien se desempeñó como Fiscal General bajo el expresidente Obama, ahora representa legalmente a Jones.
Pero “las tensiones políticas aumentaron cuando los tres legisladores -sancionados- se unieron a cientos de manifestantes que llenaron el Capitolio con carteles y megáfonos el mes pasado, para pedir la aprobación de medidas de control de armas”, reporta Prensa Asociada.
Y mientras los manifestantes llenaban las galerías de esa cámara, los legisladores se acercaron megáfono en mano al frente del estrado y entonaron cánticos alusivos al poder del pueblo unido.
Durante las incesantes entrevistas que los legisladores despojados han dado desde entonces a la TV, líderes republicanos declararon mientras tanto que las expulsiones se basan en «un mecanismo utilizado sólo unas pocas veces desde la Guerra Civil». Que “no tiene nada que ver con la raza», y que en cambio, «fueron medidas necesarias para evitar sentar un precedente de que se tolerarían las interrupciones de los procedimientos de la Cámara de Representantes por parte de los legisladores a través de protestas”.
Con todo, el líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, William Lamberth y el presidente del Caucus Republicano, Jeremy Faison dijeron a la fuente que darán la bienvenida a los legisladores expulsados si son reincorporados•