En Florida reclaman acción a gigantes de la comida contra esclavitud en la agricultura

Organizadores de la Marcha Por un Mundo Mejor, Nelly Rodríguez (derecha), otra organizadora (izquierda) y Gerardo Reyes (atrás), e la Coalición de Trabajadores de Immokalee: “Nosotros decimos esto, no sólo con nuestras palabras sino con nuestros cuerpos ambién, y por eso marchando hoy. !Estamos contigo, @ciw, hasta que ganemos!”. @M_hughesrob con @truahrabbis, par #AlimentosJustosFuturo. Foto: CIW/Facebook.

Organizadores de la Marcha Por un Mundo Mejor, Nelly Rodríguez (derecha), otra organizadora (izquierda) y Gerardo Reyes (atrás), e la Coalición de Trabajadores de Immokalee: “Nosotros decimos esto, no sólo con nuestras palabras sino con nuestros cuerpos ambién, y por eso marchando hoy. !Estamos contigo, @ciw, hasta que ganemos!”. @M_hughesrob con @truahrabbis, par #AlimentosJustosFuturo. Foto: CIW/Facebook.

Para instar a tres cadenas de alimentos a unirse al Programa de Comida Justa y acabar con la esclavitud moderna en los campos agrícolas, más de un centenar de Trabajadores, apoyadores y activistas del agro marchan durante cinco lluviosos días en La Florida. La marcha de 45 millas, que tiene por destino el lujoso enclave costero de Palm Beach, es también para celebrar una década de progreso en los derechos humanos en los campos del sur. Sobre esto nos comenta Gerardo Reyes, uno de los impulsores de la marcha y organizador laboral de la Coalición de Trabajadores de Immokalee.


«Y al mismo tiempo que celebramos estos logros, y la necesidad de expandirnos, estamos haciendo el llamado y demandando que las corporaciones de Kroger, Publix y Wendy’s se unan al Programa de Comida Justa, dados los acontecimientos que ocurrieron hace poco, de esclavitud moderna en los campos también para trabajadores de la sandía. Por esa razón estamos acá en Pahokee, donde los trabajadores estaban siendo forzados a trabajar bajo amenazas de muerte, para ellos y sus familias; robo de sueldos, una deuda impuesta que tenían que pagar con trabajo mal pagado. A algunos trabajadores les pagaban solamente 40 dólares, después de trabajar toda una semana. Ya hemos visto eso con la producción de cebolla, donde había más de 71 mil trabajadores que estaban siendo forzados a trabajar también bajo estas condiciones. Una deuda les fue impuesta, de más de dos mil dólares. Y bueno, en un lapso relativamente corto, de algunos años, más de 71 mil trabajadores, todos ellos con visa de trabajo H-2A. Entonces lo que estamos viendo es que hay una crisis que está ocurriendo afuera de lo que es el Programa de Comida Justa, que hemos visto que el programa funciona; para no solamente identificar abusos, sino también para prevenirlos, y hasta erradicarlos de la industria. Y lo que necesitamos es que las corporaciones que no han firmado, que siguen ‘arrastrando los pies’, que detengan eso y que hagan lo correcto; que se unan al programa, para garantizar que todo esto no esté pasando en su cadena de surtido».

El Prorama de Comida Justa se inició en los campos tomateros de la Florida, pero el modelo de conducta empresarial ya se aplica en nueve estados más y en otros cultivos.

“Primero era sólo tomate, después chile dulce, elotes, tulipanes… Lo que esto significa para un trabajadore es que tiene su derecho de poder hablar libremente, sin miedo a represalias, cuando un comprador entra para ser parte del Programa de Comida Justa, ellos se comprometen a pagar un premio. Es un poquito más por cada libra de tomate que compran, lo cual garantiza que se le pase al trabajador un bono; tenemos el derecho de tener sombra en la labor; creamos protocolos que son ‘enforzables’ para los meses más calurosos del año, tienen descansos mandatorios cada dos horas. Durante la pandemia se crearon protocolos de protección, en contra de la exposición al Covid. Y lo que esto muestra es que los trabajadores, que en algún punto de nuestra lucha fuimos considerados como tractores, ha cambiado; y somos ahora parte importante en la aplicación de todos estos derechos que se construyeron por la comunidad, para poder eliminar los abusos y cambiar el contexto, que no hace imposible, casi, un caso de esclavitud, para presentarse dentro de este contexto. Eso es lo importante y por eso este programa funciona, no solamente en identificar abusos pero también en prevenir los abusos más graves y hasta erradicarlos».

Fue Gerardo Reyes, organizador de la Coalición de Trabajadores de Immokalee en La Florida. Escuche la entrevista completa en los archivos de Línea Abierta del martes 14 y miércoles 15 de marzo en radiobilingue.org.

Escuche la Edición Semanaria Completa:

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