Ante aumento de violencia ¿cómo ven las familias latinas el asunto de portar armas?

Ana Montes, inmigrante de Toluca, México, en las escaleras de la casa de su familia en el centro sur de Los Ángeles, donde encontró a su hermano y a su tío impactados por balas perdidas de un tiroteo de pandillas. Foto: Heidi de Marco/KHN.

Ana Montes, inmigrante de Toluca, México, en las escaleras de la casa de su familia en el sur centro de Los Ángeles, donde encontró a su hermano y a su tío impactados por balas perdidas de un tiroteo de pandillas. Foto: Heidi de Marco/KHN.

Las muertes por armas de fuego van en aumento en el país y los latinos están pagando la peor parte. Aunque California es el estado con las más estrictas leyes de control de armas del país, sus residentes siguen siendo sacudidos por balaceras masivas. Una reciente encuesta muestra que a los inmigrantes les preocupa la violencia armada, pero pocos buscan comprar armas. Sin embargo, hay otros latinos que lo ven como una opción para proteger a sus familias. Sobre este debate nos informa desde Los Ángeles, Califrnia, Heidi de Marco, reportera de Kaiser Health  News.


Un tiroteo entre pandillas rivales en el Sur Centro de Los Ángeles cobró las vidas de su hermano pequeño y su tío. A ambos los vio tirados en el patio de su casa en un charco de sangre, lamenta Ana Montes, inmigrante mexicana. Ella tenía sólo 12 años.

A mi hermano le dieron un balazo en la cabeza. Igual a mi tío. Fueron dos balas diferentes

A pesar de la tragedia, su familia no buscó armarse.

Inmigrante de Hondura, Jessica Rodríguez sostiene una fotografía de su hija Kenia Rivera, quien murió en un tiroteo a pocas cuadras de su apartamento en Los  Ángeles. “Como inmigrante, me sentí impotente durante el asesinato de mi hija”. Foto: Heidi de Marco/KHN.

Inmigrante de Hondura, Jessica Rodríguez sostiene una fotografía de su hija Kenia Rivera, quien murió en un tiroteo a pocas cuadras de su apartamento en Los Ángeles. “Como inmigrante, me sentí impotente durante el asesinato de mi hija”. Foto: Heidi de Marco/KHN.

Sí hubo miedo, pero nosotros nunca pensamos en tener un arma en las casa… es muy peligroso

La misma tragedia sufrió la inmigrante hondureña Jessica Rodríguez. Hace casi dos años mataron a su hija Kenia, de 17 años, a pocas cuadras de su casa; le dispararon desde un auto en movimiento.

Es un daño para la familia irreparable pero sigo pensando lo mismo, que las armas no deben de  estar en una casa. Es tener un diablo en la casa

Rodríguez dice que el ser indocumentada la limitó de poder reclamar justicia para hija.

Uno se queda callado por no tener los documentos

En el 2020, más de 45 mil personas murieron por armas de fuego en Estados Unidos. Según cifras oficiales, fue un aumento de 14 por ciento en relación a 2019. También aumentaron los latinos fallecidos. Sin embargo los inmigrantes que viven en California tienen menos probabilidades de armarse: sólo el 7.7% tienen un arma de fuego en su hogar, comparado al 22% de todos los adultos nacidos en California.

Aun así, el 24% dijo que le preocupaba ser víctima de tiroteos según el Centro de Investigación de Políticas de Salud de la Universidad de California en Los Ángeles, UCLA. El analista Sean Tan, dirigió la reciente encuesta.

Se sabía muy poco sobre las tendencias entre los inmigrantes a poseer armas. Intuíamos que tenían preocupación, pero definitivamente nos sorprendió lo que encontramos

Kenia Rivera murió en mayo de 2021. Su madre, Jessica Rodríguez dijo que vive con el miedo constante a la violencia armada. Foto: Heidi de Marco/KHN.

Kenia Rivera murió en mayo de 2021. Su madre, Jessica Rodríguez dijo que vive con el miedo constante a la violencia armada. Foto: Heidi de Marco/KHN.

Esa preocupación la comprende muy bien Adela Barajas, fundadora de L.A.U.R.A., organización que ayuda a las víctimas de violencia.

La gente mayor no cree en tener armas en su casa porque los que vienen de Centroamérica vienen con miedo de la violencia. Ellos no vienen a defenderse con armas, ellos vienen buscando el sueño americano

Barajas, que ha ayudado a cientos de familias, destaca que como muchas carecen de estatus legal, no quieren problemas con las autoridades.

En la familia inmigrante tienes tanto miedo que ni cruza por tu mente buscar la venganza pensando que voy a tener un arma en mi casa para defenderme. Tu mente está pensando más en el temor de que te vayan a deportar

Pero desde el ataque del 6 de enero al Capitolio de Estado Unidos la conversación entre los latinos y los inmigrantes sobre la necesidad de portar armas está cambiando, dice Barajas.

Ana Montes, inmigrante de Toluca, México, en las escaleras de la casa de su familia en el centro sur de Los Ángeles, donde encontró a su hermano y a su tío impactados por balas perdidas de un tiroteo de pandillas. Foto: Heidi de Marco/KHN.

Ana Montes, inmigrante de Toluca, México, en las escaleras de la casa de su familia en el centro sur de Los Ángeles, donde encontró a su hermano y a su tío impactados por balas perdidas de un tiroteo de pandillas. Foto: Heidi de Marco/KHN.

Después de mirar lo que pasó en enero 6 en la capital, piensan que también tienen el derecho a portar armas. La gente que entró a la capital y la clase de armas que llevaron ese día, eran como que estaban listos para una guerra. Dicen, ¿qué tal si ellos vienen contra nosotros? ¿Qué tenemos nosotros para defendernos?

Ese debate lo está experimentando en su propia casa la activista Adela Barajas, quien no tiene armas, pero sus hijos adultos sí.

Es algo personal para cada persona, agarrar entrenamiento, y agarrar los seguros de las armas porque es una responsabilidad muy grande

Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde Los Ángeles, Heidi de Marco.

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