Los solicitantes de asilo de México, América Central, África y el Caribe acampan en El Chaparral Plaza en Tijuana, México, mientras esperan que sus casos de inmigración sean escuchados en los EE. UU. Foto: Saul Sarabia.
Marco Vinicio González
Este lunes el presidente de la Corte Suprema de Justicia, John Roberts decidió poner una pausa temporal al levantamiento dTítulo 42, y exhortó al gobierno de Biden a apelar el fallo hoy martes antes de las 5 de la tarde, tiempo del este (TE).
Horas antes de que la Corte Suprema emitiera esta suspensión la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris pidió al Congreso implementar reformas más amplias para hacer frente al tema, y criticó a los republicanos por su falta de voluntad política para participar en una reforma migratoria significativa que resuelva el añejo problema.
Línea Abierta le entró hoy al tema advirtiendo que luego de las objeciones republicanas sobre una crisis fronteriza las conversaciones en el Senado acerca de la propuesta de inmigración presentada por la senadora demócrata de Arizona, Kyrsten Sinema y su colega republicano de Carolina del Norte, Thom Tillis se habían estancado.
–¿Y ahora qué? -preguntó Chelis López, conductora de Línea Abierta a su invitada Elena Olea, Directora de Programas de Alianza Américas, con sede en Chicago, Illinois.
Olea dice que cada día que se mantiene vigente el Titulo 42 es un día más que Estados Unidos está violando su propia Ley de Asilo.
–¿Qué pueden esperar los y las migrantes esperanzados en que mañana acabaría esta norma para poder entrar al país y que siguen ahí a la espera?
“Que continúen las cortes deliberando qué facultades tiene la administración para establecer o cambiar una política migratoria. Y si los estados pueden intentar interponer recursos judiciales para suspender estas acciones del Ejecutivo, argumentando que representan un costo para los estados”.
En lo que se debe insistir, dice, es en “que se prevea dentro del presupuesto los fondos y los recursos para cumplir esa función; de forma tal que los estados no se sientan sobrepasados, sino que tengan los funcionarios y los recursos para responder a esa necesidad”.
Respecto al plazo que puso el juez Roberts a la administración Biden para responder hasta hoy a las 5 pm (TE), Olea piensa que Alianza Américas esperaría que el gobierno federal defienda las razones por las cuales ha intentado poner fin a la medida.
Posteriormente se inició otro litigio que cuestionaba “la idea de haber utilizado la pandemia como un pretexto para tener la frontera cerrada, y que esa medida continue cuando cualquier otra persona transita libremente por la frontera sur”.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) afirmaba no ser capaz de gestionar el volumen ni el aumento esperado en próximos días o semanas de migrantes que llegarán a la frontera, antes de que se diera a conocer dicha suspensión temporal de la medida, dice López.
–¿Cuáles podrían ser los escenarios que podríamos ver a partir del anuncio de ayer de la Corte Suprema?
Muchas personas mexicanas o centroamericanas que se trasladan a la frontera esperando que se termine con el Título 42 para ingresar a Estados Unidos, ya lo intentaron hacer y fueron expulsadas, devueltas al territorio mexicano o a sus países de origen, señala Olea.
“Pero muchas de ellas vuelven a la frontera porque entienden que si no es en Estados Unidos no tienen oportunidad de una vida segura y digna… al haber mantenido cerrada la frontera más de dos años y medio lo que tenemos es un embudo creado por esta falsa política. Y ahora Estados Unidos tiene el desafío de responder a este rezago de personas desesperadas por entrar al país. Pero el problema sigue del lado mexicano de la frontera, de mantenerse el Título 42”.
–Y hablando de desafíos, ¿cómo deberán responder las organizaciones proinmigrantes que ya se las están vendo difícil para albergar a tanta gente?
“La mayoría de la sociedad civil, las organizaciones religiosas, comunitarias que se organizan y responden a la emergencia llevan mucho tiempo haciéndolo”.
Desde el comienzo del Título 42, recuerda Olea, “desde que se establecieron otras políticas como el MPP, conocido también como ‘Quédate en México’, se obligó a los solicitantes de asilo a regresar a México y esperar allí la próxima audiencia de su caso. Lo que nosotros vemos es que las organizaciones, a partir de donaciones, de voluntarios, logran conseguir los recursos para atender a las personas”.
Pero tanto en Estados Unidos como en México las organizaciones están afrontando los desafíos de responder al ato volumen de personas. “Lo que necesitamos es una respuesta coordinada para responder a una emergencia, y cierto nivel de certeza…”.
Se trata de una situación similar a la del parole de las personas venezolanas. “Había cientos de miles de venezolanos en tránsito por el corredor Centro América-México hacia Estados Unidos que súbitamente, con el establecimiento de ese programa vieron que no podían ingresar a Estados Unidos”.
Para muchos de ellos, sostiene la invitada, eso significó plantearse, “¿entonces, nos devolvemos, nos quedamos, dónde…? Y los desafíos continúan. Así que yo creo que es importante visibilizar y reconocer el rol de esas organizaciones y también apoyarlas económicamente, reconocer que están haciendo parte de ese trabajo que deberían hacer los estados”.
Olea señala haber escuchado rumores acerca de que el DHS estaría pensando poner en pie ciertas medias que había instaurado el gobierno de Trump para reducir el ingreso de personas a Estados Unidos, de pedir protección antes de la pandemia, como solicitar asilo en línea; y el requisito para los solicitantes de asilo, de haber pedido previamente asilo en alguno de los países de tránsito y que se lo hubieran negado, lo que plantearía nuevos desafíos•
Nota de interés:
Diciembre 21 10:00 PM Tiempo del Este.
