Energía eléctrica, prioridad tras el paso de Ian, se ensancha la brecha de la inequidad

Destrozos del huracán Ian en la franja costera de La Florida. Foto: https://armstrongairinc.com/.

Destrozos del huracán Ian en la franja costera de La Florida. Foto: https://armstrongairinc.com/.

Marco Vinicio González

Al menos 78 personas han muerto a causa del huracán Ian desde que tocó en Cuba. En La Florida hasta esta mañana habían muerto 71 personas y cuatro en Carolina del Norte, pero los muertos podrían seguir aumentando a medida que se realicen más búsquedas en las áreas más afectadas. Hasta el lunes las autoridades estatales habían rescatado a más de mil 900 personas.

La frustración y la desesperación aumenta frente a los remanentes del huracán y la falta de energía eléctrica, que siempre es un desafío clave después de los escombros voladores que dejan los huracanes y que suelen derribar el tendido eléctrico. Unos 430 mil hogares y negocios permanecían sin luz esta mañana, luego de que Ian hubiera dejado a oscuras a 2.6 millones de usuarios cuando tocó tierra con vientos de 150 mph y poderosas marejadas ciclónicas.

De acuerdo a expertos, los desastres del cambio climático generan cada vez más desigualdad, en parte porque las políticas de recuperación existentes no distribuyen la ayuda posterior al desastre de manera justa o equitativa. “Los hogares de las familias negras o latinas a menudo han recibido menos ayuda de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), lo que ensancha la brecha de riqueza racial”, dice un análisis de NBC.

De acuerdo con esto, se han invertido más dólares de recuperación en las comunidades blancas, lo que ha ayudado a que el valor de la vivienda se recupere más rápido allí. “Estas disparidades se derivan, en parte, de las diferentes tasas de inspecciones de propiedad posteriores al desastre, realizadas por FEMA en todos los grupos raciales, así como por la carga de solicitud de ayuda”.

De esta suerte, el impacto negativo de los desastres en los precios de las viviendas tampoco se experimenta de manera uniforme. “Las casas de menor precio experimentan caídas más abruptas en el valor, al igual que las casas en vecindarios de mayor pobreza y en vecindarios con menos residentes blancos. Y estos valores se mantienen bajos por más tiempo”, sostiene la fuente.

Agrega que “Perder el valor de la vivienda puede tener consecuencias devastadoras, pues “deja a los propietarios de viviendas en mayor riesgo de ejecución hipotecaria y con menos capacidad para pedir prestado”, lo que incluso puede afectar la educación de sus hijos, ya que «muchas familias dependen del valor acumulado de la vivienda para financiar la universidad».

Así pues, la disminución del valor de las viviendas significa menos riqueza para transmitir a las generaciones futuras. “Si las comunidades no blancas de La Florida ven que el valor de sus viviendas se reduce más abruptamente y durante períodos más prolongados que los de sus contrapartes blancas, el huracán Ian exacerbará una brecha de riqueza racial que ya es amplia de por sí”.

Y si los propietarios de viviendas no tienen seguro suficiente o no tienen ningún seguro, también esto hace que sea «increíblemente difícil» reparar una casa con daños significativos por vientos o inundaciones. En la ruta de Ian por los condados de La Florida, menos del 48 por ciento de los propietarios de viviendas en la zona inundable designada por el gobierno federal, tienen menos cobertura de seguro contra inundaciones. Entre ellos muchos residentes negros y latinos■

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