Noticias de último momento sobre la inmigración indocumentada

Pizcadores de fresa en Camarillo, California. Son trabajadores esenciales que llevan décadas esperando una reforma migratoria. Foto. dreams.com.

Pizcadores de fresa en Camarillo, California. Son trabajadores esenciales que llevan décadas esperando una reforma migratoria. Foto. dreams.com.

Marco Vinicio González
Con información compilada por el Foro Nacional de Inmigración

Migrantes que buscan refugio o asilo en Estados Unidos huyendo prácticamente de la muerte, ya sea por la violencia o la inanición en sus países de origen, particular -pero no exclusivamente- en Centroamérica, se hallan en medio del fuego cruzado de la política binacional y el crimen organizado, y con demasiada frecuencia encuentran precisamente la muerte.

Vale anotar que en Estados Unidos tan sólo el año pasado al menos 5 mil 46 personas enfrentaron cargos de contrabando de personas, comparado a los 2 mil 762 casos en 2014, dice el Texas Observer, que citando datos del gobierno estadunidense “seguramente subestimados”, afirma que entre 1998 y 2018, siete mil 500 migrantes murieron en el intento de cruzar la frontera sin autorización legal, coincidiendo con estimaciones de Human Rights Watch.

Pero la Oficina Internacional de Migración (OIM) reportó 728 muertes de migrantes a lo largo de la frontera suroeste. “Fue el año más mortífero registrado desde 2014”.

Por un lado, esto obedece a las políticas de inmigración estadunidenses, basadas en prácticas de “disuasión” instauradas oficialmente en 1994, que suelen ser “más miserables que las guerras civiles, la violencia de pandillas y las dificultades económicas que desplazan a las personas, en primer lugar”, dice la fuente; y por el otro lado la extorsión, el secuestro, la violación o el hasta asesinato cometidos por bandas de “coyotes” controladas por el crimen organizado, incluidos “algunos de los cárteles de la droga más violentos de México… convertidos en una industria multibillonaria”, sostiene por su parte The New York Times.

En tanto, Julián Reséndiz señala en el Border Report que “el Centro Colibri para los Derechos Humanos”, una organización sin fines de lucro en Arizona, “está tratando de reunir a las familias que han perdido a sus seres queridos en el viaje hacia el norte”, mientras Mirza Monterroso, directora del Programa de Migrantes Desaparecidos en ese centro, “combina habilidades forenses, lenguaje, cultura y empatía para apoyar a las familias necesitadas”.

Los restos humanos encontrados en el sur de Arizona no identificados de inmediato, dice, “terminan en la oficina del médico forense del condado de Pima… Los cuerpos yacen dentro de bolsas para cadáveres en una morgue, y los restos óseos se guardan en cajas de cartón dentro de un remolque en el estacionamiento”.

Y como parte de una serie de fallos recientes de la Suprema Corte de Justicia, el máximo tribunal bloqueó una orden de la administración Biden que priorizaba las deportaciones de ICE para los inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales; excepto de aquellos que representan un peligro para la sociedad, en lugar de los inmigrantes trabajadores, definidos incluso como “esenciales”, según informa Kate Morrissey en el San Diego Union-Tribune.

Escuche este programa de Línea Abierta, pertinente al tema.

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