Dolores Huerta. Foto: Cortesía.
Muchos conocen a la luchadora social Dolores Huerta, quien durante 70 años ha forjado una merecida fama de infatigable defensora de los derechos civiles de campesinos y obreros, y que se ha convertido también en legendaria figura de la organización laboral y la defensa de los derechos civiles. Dolores cumplió este lunes 92 años de edad, y Línea Abierta preparó una amena charla con ella, conducida por Samuel Orozco, Director de Noticias de Radio Bilingüe.
Marco Vinicio González
Además de un amable semblante de esta hija y madre campesina que se sobrepuso a las adversidades de una época sumamente difícil tanto para los trabajadores como para las mujeres a mediados del siglo pasado, la extraordinaria luchadora reflexiona con Samuel Orozco sobre su trayectoria. “… desde su primera infancia en Nuevo México a su trabajo actual, la enseñanza a los hijos de trabajadores agrícolas en California, y hasta convertirse en una organizadora comunitaria de por vida y una permanente activista por la justicia social mundialmente reconocida”, dice la introducción de Línea Abierta.
En esta remembranza que hace aquí sobre Dolores, Orozco señala “sus valores humanos, sus intereses, influencias y desafíos; y sus momentos de mayor alegría y de más profunda tristeza”.
Dolores Huerta cuenta, “Nací en Nuevo México pero me crie en Stockton, California. De chica siempre me estaba enfermando. Mi madre me mandó un día con mi padre, a quedarme en Nuevo México, y después de ese verano ya jamás me enfermé… hasta el año 2000. Y también cuando me golpearon los policías Ahí en San Francisco, en ese tiempo también me enfermé”.
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Dolores Huerta. Foto: Cortesía.
Como pudo escucharse, el trabajo de organización no se restringe exclusivamente al tema de lo laboral, sino recoge también la lucha por los derechos de la mujer, y avanza al terreno electoral para intentar corregir ese mal endémico del sistema político opresor, parece decir la legendaria líder:
“Cuando miramos que nosotros tenemos tanto poder, como latinos, pero no usamos nuestro poder… nuestra Fundación Dolores Huerta vamos a lanzar por estos días una campaña muy grande de organización de la gente para que se inscriba a votar. Porque sabemos que tenemos muchísimo poder, pero tenemos que decirle a la gente por favor, ayúdenos; ayúdense ustedes mismos, en registrarse para votar, y voten. Porque así podemos cambiar todo”.
Dolores Huerta también aprecia mucho la música; la salsa y la cumbia para bailar, y el jaz para escuchar… y la comida es una de sus añoranzas emblemáticas.
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En la década de 1960, como parte de la solidaridad y el apoyo al movimiento que encabezaba Dolores Huerta y César Chávez, diversos músicos compusieron canciones sobre la líder de los campesinos y los obreros, como comenta Orozco en esta narración de la vida cotidiana de la líder. Una muestra es el corrido Dolores Huerta, del álbum grabado con Los Lobos: “Sí se puede”, que se convertiría en el grito de su lucha y luego de la de otros, como Obama en su campaña, y posteriormente de la lucha de la Unión de Campesinos.
Dolores Huerta, Fundadora y Presidenta, Fundación Dolores Huerta, Medalla Presidencial de la Libertad, con sede en Bakersfield, California, convocando a huelga en su juventud. Foto: FDH / Twitter.
“Pero lo que falta, se me hace Samuel, es que muchos trabajadores del campo no saben que tienen esas ayudas; y a veces temen, y no reportan cuando hay abusos, y siempre tenemos que decirles que ellos están protegidos, especialmente aquí en California. No tienen que sufrir, si no los tratan bien, si no les dan estos beneficios, deben de Reportar, al Departamento del Trabajo del estado, o al federal. Porque no hay ninguna razón por la que los trabajadores ahorita tengan que sufrir”.
Vista la historia en retrospectiva
Dolores Huerta agrega que “siempre hay cosas que se pueden hacer mejor… Aprendemos de nuestros equívocos y podemos mirar atrás para ver qué hicimos mal, qué podemos hacer diferente… así que no hay ninguna decisión equivocada de la cuál no podamos aprender algo… porque si no podríamos llegar a pensar, ‘entonces ya no vamos a luchar, ya no vamos a ir adelante, porque tuvimos una pérdida”.
Siete lenguas, le llamaban, y no, no es el título de un corrido sino la forma como su abuelo Herculeano, un nombre salido como de Comala, o Macondo, así le llamaba a la pequeña Dolres, a los 7 años, por su facilidad y propensión a las lenguas y también porque hablaba mucho, recuerda Orozco.
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Como una manera de conocer un poco más sobre la vida personal de la gran luchadora y visionaria de un mundo mejor para los trabajadores del campo y urbanos en Estados Unidos, para concluir este programa, “nos remitimos a nuestros archivos históricos, de Línea Abierta, para entresacar un segmento de las primera entrevistas que ofrecimos con Dolores en arranque de este programa, por allá de 1995, en esos días realizadas por el comentarista de entonces, el compañero Juan Arámbula”, dice Orozco.
Ese año coincidió con la histórica marcha de marzo de 1966, de Delano a Sacramento, continúa el Director de Noticias, “Dolores Huerta comenzó por darnos las razones de la histórica marcha de 280 millas, 30 años atrás. Aquí explica Dolores la causa de la larga marcha rumbo a Sacramento”.
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